Los jueces deciden caso por caso si las personas que limpian, cuidan, llevan un paquete o traducen para clientes que contactan a través de una ‘app’ son o no trabajadores de esta, y las sentencias son dispares. El debate está caldeado sobre la necesidad de una nueva regulación que blinde su protección social como asalariados o que los mantenga autónomos con más derechos.